Meditar es más fácil de lo que parece

Hace unos años el internet me empezó a bombardear con artículos de gente que recomendaba la meditación como un hábito esencial en la vida de alguien que quiere vivir sano y feliz.

Monje Meditando
Mi estereotipo de quien practicaba meditación era de un monje ermitaño que vivía en la montaña y estaba a punto de iluminarse

En ese entonces mi estereotipo de quien practicaba meditación era de un monje ermitaño que vivía en la montaña y estaba a punto de iluminarse. Pero el tema estaba de moda y en todos lados me lo encontraba, entonces me ganó la curiosidad y me puse a leer; encontré mucha información acerca de los beneficios asociados a la meditación de los cuales no tenía idea, desde físicos como la mejora del sistema inmune, digestión, presión sanguínea, niveles de cortisol, respuesta al dolor, entre otros; hasta psicológicos, como la mejora de la función cognitiva y apoyo en la reducción de estrés, ansiedad, adicción, depresión, desórdenes alimenticios, etc.

Hoy no les voy a compartir todos esos beneficios que seguramente ya han escuchado en muchos lugares, sino mi experiencia personal con la meditación y cómo una persona común puede adoptar este bonito hábito sin sentirse abrumado.

Después de enterarme de todo eso que me estaba perdiendo, mi curiosidad creció y comencé a investigar, pero por alguna razón todo el material que encontraba reforzaba mi prejuicio del monje; las instrucciones que hallé eran demasiado «espirituales» para mi gusto y no muy prácticas. Además de que vi que existen muchas técnicas y disciplinas disponibles, lo cual lo complicaba un poco más. Yo solamente quería saber por dónde empezar.

Eventualmente me encontré con una meditación guiada, algo tan sencillo como una voz agradable guiándo mi atención a un objetivo particular. Ésta fue la primera vez que me sentí satisfecho y en el camino correcto.

Después de varias meditaciones empecé a notar lo que NO es la meditación: no era sólo relajación, no era poner la mente en blanco, ni bloquear pensamientos y emociones, algo que me parecía tan complicado y, a decir verdad, poco saludable; en cambio percibí que lo más importante era estar presente, es decir, enfocarte en ti y en lo que estás experimentando en el momento. Por ejemplo, poner atención a tu respiración, algo que puede sonar muy simple pero que tiene un gran impacto y después de muchas horas de práctica sigue requiriendo cierto grado de concentración. Igualmente, enfocar tu atención en otras sensaciones en tu cuerpo y observar los sentimientos e ideas en tu mente conforme van surgiendo y pasando. Para mí, de una manera muy simplista, eso es la meditación: poner atención.

Esa idea, hasta el día de hoy, me parece algo muy poderoso y creo que es la parte de meditar que más impacto ha tenido en mi vida. Alrededor de ella vinieron otros temas muy interesantes conectados a la relación que tienes contigo mismo, con los demás y con la vida en general; temas que me han hecho sentir más seguro de mí mismo, más consciente de mi entorno y las personas a mi alrededor. El más importante para mí es la gratitud, encontrar una manera de vivir agradecido momento a momento, detenerte a notar lo que pasa dentro de ti y a tu alrededor para simplemente apreciarlo, lo cual no implica conformarse sino vivir en el presente, agradecer lo bueno que hay y aprovechar las oportunidades que se te presentan para superar lo difícil y ser mejor cada día. Algunos dicen que esta idea por sí sola es la raíz de la felicidad.

Otros temas han sido:

  • A nivel intrapersonal: autoconsciencia, paciencia, cuidado de mi salud física y mental, resiliencia, inteligencia emocional, constancia, etc.
  • A nivel interpersonal: compasión, empatía, servicio, habilidades sociales, tolerancia, respeto, etc.

No digo que todo esto llegue automáticamente a tu vida una vez que empiezas a meditar, sino que en mi experiencia, después de varios años, ha sido lo que comencé a notar, investigar y desarrollar extrapolando los conceptos base de la meditación a mi vida diaria.

Hoy creo que es algo que deberíamos aprender desde chicos tanto en casa como en las escuelas, podríamos adoptarlo como un hábito tan básico como el ejercicio y, como cualquier hábito, requiere práctica y disciplina pero a cambio trae bienestar y una forma más completa de experimentar la vida. Es normal que al principio no se sienta como esperas, pero cada vez será más fácil y más satisfactorio.

Para empezar les puedo recomendar Stop, Breathe and Think, una app muy agradable disponible en inglés, si piensas que eso será un obstáculo hay cientos de meditaciones guiadas en YouTube y en otras apps que puedes probar hasta que encuentres la mejor para ti. Y si les gustan las pláticas de TED les recomiendo: Basta con 10 minutos de conciencia y ¿Quieres ser feliz? Sé agradecido.

Vivimos en tiempos acelerados y muchas veces ignoramos las oportunidades que se nos van presentando por atender lo urgente, solamente quisiera recomendarles que remplacen el miedo a lo desconocido con la curiosidad y posiblemente encontrarán ideas que pueden ayudarles a disfrutar más el presente y vivir más felices.

Me gustaría mucho saber qué opinan ustedes acerca del tema, los invito a complementar esta idea con nosotros y a compartir en Facebook con sus familiares y amigos esta reflexión si creen que les puede servir en su vida.

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