Todo comenzó cuando empecé a cuestionarme si era normal la falta de estabilidad emocional que estaba careciendo durante este período. Es claro que el encierro y consecuente aislamiento tenía que dañar de una u otra manera la salud mental de los individuos en México pero la pregunta que rondaba por mi mente era: ¿Cómo se encontraba la salud mental de los mexicanos antes de la pandemia?
Así que inicié mi investigación. Basándome en las estadísticas que arrojó la
Organización Mundial de la Salud para el año 2020 se puede señalar que durante la pandemia ha incrementado la demanda en los servicios de salud mental, y de acuerdo a la Secretaría de Salud Federal según una publicación en su página oficial se estima que de las 15 millones de personas que padecen algún trastorno mental en México, la mayoría son adultos jóvenes en edad productiva. Sin embargo, si nos basamos en las cifras que han arrojado los casos de COVID-19 podemos constatar que los que más peligran son los adultos mayores.
Esto significa que para donde yo volteara a ver la situación era complicada, y eso hizo que me preguntara si debíamos priorizar la salud física o mental o un rango de edad específico para atender pero llegué a la conclusión de que en ambos sentidos todo tiene el mismo peso. No obstante, sé que hay una de ellas que podemos combatir desde la seguridad de nuestro hogar y otra que es mejor dejársela a los expertos. Aunque cabe recalcar que desatender la salud mental consecuentemente puede llegar a afectar la salud física y viceversa.
Para mí es fundamental seguir los protocolos de seguridad que ha presentado la OMS ante el virus pero me parece crucial saber identificar si hay algún patrón de ansiedad, depresión o síndrome de aislamiento que podría estar ocurriendo dentro de casa. Es por eso que comencé a tratar de ubicar si mis emociones iban de acuerdo a la situación o se estaban viendo alteradas.
Si bien, el mismo encierro nos puede llevar a tal punto que nuestro propio
sistema nervioso se ve modificado, esto a su vez causaría el famoso síndrome de aislamiento que se caracteriza por una falta de control sobre nuestras emociones frente a situaciones que nos rodean y en condiciones normales no nos afectan. Ahora, ¿se imaginan lo que pasó por mi mente cuando leí el cuadro de síntomas y encajaban perfectamente con mi situación?
Es claro que la pandemia ha provocado un fuerte desconcierto que ha generado miedo, estrés e insomnio, entre otros padecimientos mentales, pero tener que mantenerse activo nunca me había parecido tan necesario.
Es importante seguir con las rutinas que teníamos establecidas antes del encierro, administrar las noticias que consumimos y, mediante las nuevas herramientas que nos ha proporcionado la tecnología, buscar ayuda profesional si es necesario.
Desde mi punto de vista es bastante simple, si optas por quedarte en casa para cuidar de los demás, ¿por qué no te animas a cuidar de ti mismo también?
No hay que olvidar que la salud requiere una gran cantidad de atención y hay que tomar responsabilidad de tal manera que encaremos y resolvamos aquellas cuestiones que nos afectan.
Se pueden enlistar una serie de pasos para crear un espacio sano desde la
comodidad de tu casa y es por eso que les voy a compartir los que a mí me han
funcionado:
1. Apartar un espacio para conversar e iniciar hablando de tus sentimientos
puede ayudar a la otra persona a empatizar en ese momento contigo. Considero muy importante este punto debido a que, la mayoría de las veces,
externar tu problema permite verlo desde otra perspectiva.
2. Desarrollar una actividad de distracción a la que le apartamos tiempo
exclusivo en nuestra agenda. Lo que yo he descubierto, es que dibujar, leer y
hacer ejercicio mantiene mis pensamientos ocupados cuando mi mente se encuentra nublada.
3. Emplear herramientas que ayuden a desarrollar la autoconciencia. Sé que no es fácil encontrar qué funciona para ti sin antes darse un tiempo para
autoconocerse; lo bueno es que ya existen herramientas tecnológicas, e
incluso Kintesens tiene una desarrollada, que te permite comenzar a
reconocer tu forma de comportarte ante diversas situaciones y te ayuda a
comprender de manera profunda tu personalidad.
Sé que puede sonar aterrador hacer tantos cambios, a todos nos asustan, pero no tienen que llevarse a cabo simultáneamente. Como ya mencioné, pueden empezar hablando con alguna persona de confianza sobre cómo se sienten y poco a poco ir haciendo las modificaciones necesarias para lograr encontrar un balance dentro del caos que estamos viviendo.
Yo ya lo estoy haciendo, ¿y tú?
Excelente artículo y recomendaciones. A ponerlas en práctica de inmediato además de que serán útiles una vez que concluya la pandemia